Óleo de Una Mujer Con Sombrero
Una mujer se ha perdido
Conocer el delirio y el polvo
Se ha perdido, esta bella locura
Su breve cintura debajo de mí
Se ha perdido, mi forma de amar
Se ha perdido, mi huella en su mar
Veo una luz que vacila
Y promete dejarnos a oscuras
Veo un perro ladrando a la Luna
Con otra figura que recuerda a mí
Veo más: Veo que no me halló
Veo más: Veo que se perdió
La cobardía es asunto
De los hombres, no de los amantes
Los amores cobardes no llegan a amores
Ni a historias, se quedan allí
Ni el recuerdo los puede salvar
Ni el mejor orador conjugar
Una mujer innombrable
Huye como una gaviota
Y yo, rápido, seco mis botas
Blasfemo una nota y apago el reloj
Qué me tenga cuidado el amor
Que le puedo cantar su canción
Una mujer con sombrero
Como un cuadro del viejo Chagall
Corrompiéndose al centro del miedo
Y yo, que no soy bueno, me puse a llorar
Pero entonces lloraba por mí
Y ahora lloro por verla morir
Pero entonces lloraba por mí
Y ahora lloro por verla morir
A melancolia e a perda em Óleo de Una Mujer Con Sombrero
A canção Óleo de Una Mujer Con Sombrero, do cantor e compositor cubano Silvio Rodriguez, é uma obra que transborda em poesia e emoção. A letra da música descreve a sensação de perda e a melancolia que acompanha o fim de um relacionamento amoroso. Através de metáforas e imagens líricas, Rodriguez expressa a dor e a confusão que surgem quando o amor se desvanece e a pessoa amada se torna inalcançável.
O uso de elementos como 'delirio', 'polvo' e 'luz que vacila' sugere um estado de incerteza e desorientação. A referência a uma 'mulher com sombrero', comparada a um quadro de Chagall, evoca uma imagem de beleza e arte que está se deteriorando, simbolizando talvez a idealização do amor que se corrompe com o tempo. A música também aborda a ideia de que o amor covarde não se concretiza em uma história verdadeira, permanecendo apenas como uma possibilidade não realizada.
A repetição das linhas 'Pero entonces lloraba por mí / Y ahora lloro por verla morir' reforça a transição do eu lírico de uma dor egoísta para uma tristeza altruísta, onde a preocupação agora é com o sofrimento da outra pessoa. A música, portanto, não apenas explora a dor da perda, mas também a evolução dos sentimentos do narrador em relação a essa perda.