Soneto
Por qué me descubriste en mi abandono.
Con qué tortura me arrancaste un beso.
Por qué me incendiaste de deseo
si yo estaba tan bien muerta de sueño.
Con qué mentira abriste mi secreto,
de qué romance antiguo me robaste.
Con qué rayo de luz me iluminaste
si yo estaba tan bien muerta de miedo.
Por qué no me dejaste adormecida
y me indicaste el mar, con qué navío,
y me dejaste sola sin salida.
Por qué dejaste aquel lugar vacío.
Con qué derecho cambiaste mi vida
si yo estaba tan bien muerta de frío.