Lamento Nuyorquino
Estaba en los Nueva Yores,
ay, soñando con Dolores
cuando vino un agente
muy intransigentemente
señalando con la macana,
sí, porque le da la gana,
me dijo, me dijo, me dijo, me dijo, ay:
“Go thataway!”.
Me metí en un subway
y un viejo medio loco
quería que le diera un coco,
y vino Róckelfellel
a ver si quería peleal
y yo empecé a bailal
a go-go, a go-go, a go-go.
Y Agnew que gritaba
el boricua está ’esnú’
y yo embobinado dije:
“feo, feo serás tú”.
Cuentan los más que saben
que la guerra es un negocio,
que la luna es un juguete
para el rey del reguerete
que con todos sus millones
sólo sabe hacer aviones
y viene, y viene, y viene, y viene
la doña de un gerente
que al pedirle yo un vellón,
grita “mira, comunista”,
y un señor capitalista
saca un billetito
por un bacalao bien frito,
y yo empecé a bailal
a go-go, a go-go, a go-go, a go-go.
Cójase a su Badillo
y a cualquier otro pillo
que ahí vienen los Young Lords,
estudiante M.P.I.
Un loco en la esquina
hablando de la democracia,
no tenía con qué pagar
ni el mesón en su Jaguar.
Iba hacia el teatro
a pasar y que el rato
y Noel, y Noel, y Noel, y Noel
agarraba su guitarra,
embobinado empezó a cantar,
la gente sonreía
toda la noche, todo el día.
Los pobres acongojados,
dónde estarán los chavos,
maldigo el chantajear
del a go-go, a go-go, a go-go, a go-go.
Guerrillero, guerrillero,
yo me uno a mi amigo,
Borinquén será testigo:
no ha muerto, ya verás.
Y el rey del reguerete dijo:
“Toma, dame y vete”
yo esperando un pisicorre
a vel si para y me coge.
Ay, lamento borincano,
lamento neuyorquino...