Tierra Baldía
Madre, si tu Dios me quiere muerto,
dime por qué no acaba esto pronto y bien,
en vez de encadenarme a este desierto
para caer igual, pero más lento,
de hambre y sed.
¿Quién será el primero que renuncie
a ocupar como un cordero su lugar?
¿Quién será el que arrase el matadero
para no verlo funcionar nunca jamás?
Dime, madre, a quién le debo preguntar.
¿Cómo van mis hijos a crecer?
Desde la línea para abajo
somos sólo escarabajos bajo un pie.
Desde la línea para abajo
somos sólo escarabajos bajo un pie.
Sé que he de escapar de este agujero,
aunque no tenga más remedio que vender
desde la parte más interna de mis huesos
hasta una trenza hecha con tiras de mi piel.
¡Porque aquí ya no hay derecho a respirar!
Dime, ¿no soy hombre yo también?
Desde la línea para abajo
somos sólo escarabajos bajo un pie.
Desde la línea para abajo
somos sólo escarabajos bajo un pie.
Tú dijiste que la fe mueve montañas y el mar.
También dijiste que yo en algo debo creer.
Y si algo creo es que Dios nunca pasó por aquí:
por esta tierra baldía, reseca, rota y gris.
Tú me dijiste que Dios se encuentra en todo lugar,
desde el lobo del desierto hasta un trozo de pan.
Y si algo creo es que Dios nunca pasó por aquí:
por esta tierra baldía, reseca, rota y gris.
Desde la línea para abajo
somos sólo escarabajos bajo un pie.
Desde la línea para abajo
somos sólo escarabajos bajo un pie.