Cuando asecha la maldad
En la terrible madrugada
se palpita la muerte,
la calle respira violencia
del infierno del hombre
que muere y mata
por sus ideales,
tratando de imponer
una razón que jamás
tuvo dueño.
El necio busca
en las tinieblas
sus verdades oscuras,
y el tonto vive de su engaño
sin deseos de escapar
quemando el sueño
de los inocentes
urbanizando el mal
sobre cimientos
de barro y de muerte.
El odio que vive
en el corazón de la ciudad
se enciende
con tal fuerza
que ni el dolor
que nos castiga
lo comprende
cuando asecha la maldad.