Piero della Francesca
Piero della Francesca, geómetra y pintor
Harto de placeres sensuales
Y medio muerto de amor y platonismo
Piero della Francesca, dijo un día:
El dodecaedro me conmueve hasta la ternura
Pues bien, si a Piero lo conmovía el dodecaedro
Hasta la ternura
A mí me indigna el pentágono
Me chiflan trapecios y paralelas
Hasta el infantilismo
Me aburre el cuadrilátero
Con eso púgiles
Hasta el bostezo total
Me oprimen las altas esferas
Hasta dolerme el pecho
Me ocupan parábolas
Les pongo música
Me dan de comer
Soy socio de un círculo
Y voy los lunes
Y amigo de Pi
Que viu a Barcelona
Me abruman las pirámides
Hasta el cimborrio
Me pesa el cubo
Y en cuanto al dodecaedro en sí
No sé si he visto alguno
Per hasta la ternura
Lo que se dice hasta la ternura
Sólo me conmueve el óvalo
El óvalo de tu cará
Morená, saladá
Morená, saladá
Y también el cono
Y también el cono
Morenó, saladó
Hasta el arrobo