Versos de un payador al General Juan Perón
Va a perdonar su excelencia que un payador del camino
le alce su verso genuino ante tanta concurrencia.
Quisiera, en esta emergencia, tener el don de Gabino
para elogiar con más tino la histórica presidencia
que realizó su excelencia en este suelo argentino.
Perdóneme, presidente, pero tengo la certeza
de que alabar su grandeza es traducir muchas mentes.
Usted luchó por la gente desbrozando la maleza
y el criollo que siempre pesa con justicia y noblemente
sabe que usted fue un valiente al lado de su pobreza.
Usted liquidó el instante de la miseria social
y el oprobio general del vendepatria triunfante;
vergüenza del tiempo de antes, cuando el fraude electoral
era el destino fatal que le aguardaba al votante
en aquel tiempo distante de ignominia nacional.
Siguiendo la ejecutoria de esta noble evolución,
el pueblo de la nación vive su trance de gloria.
Él siempre tendrá memoria de la gran revolución,
y a fuerza de corazón mantendrá la trayectoria
que ha señalado en la historia el General Juan Perón.
Usted trabaja y nos cuida desde que nace la aurora,
robando tiempo a las horas, le quita vida a su vida.
Usted es la lumbre querida de esta etapa bienhechora,
y su ciencia salvadora, mientras se cumple, no olvida
a la clase desvalida, que es valiente y cinchadora.
Por eso, mi General, con esta improvisación
quise arrimar mi montón a su labor nacional.
Nadie ha comprendido igual las penas de la nación,
nadie con más corazón nos libró de tanto mal
nadie como Juan Perón, Presidente y General...