Fragmento
Sé que me acusan de soberbia
Y tal vez de misantropía
Y tal vez de locura
Tales acusaciones que yo castigaré
A su debido tiempo, son irrisorias
Cada nueve años, entran en la casa
Nueve hombres para que yo los libere de todo mal
Uno tras otro cae, sin que yo
Me ensangriente las manos
Pero sé que uno de ellos profetizó
Que alguna vez llegaría mi redentor
¿Cómo será mi redentor? ¿Será como yo?
El sol de la mañana reverberó en la espada de bronce
Ya no quedaba ni un vestigio de sangre
¿Lo creerás, Ariadna?
Dijo Teseo
El minotauro apenas se defendió