Miel, miel, miel
Había una vez
un oso que un gran árbol trepó
porque a él siempre le gustó la
¡imiel! mi mi mi mi mi mi mi mi miel
Una rama subió sigiloso avanzó
y tostadas preparó para la
¡imiel! mi mi mi mi mi mi mi mi miel
De pronto un hueco vio
y una abeja encontró
que pasó todo el verano haciendo
¡miel! mi mi mi mi mi mi mi mi miel
El oso comentó:
Las tostadas ya hice yo
y me gustaría tomar toda tu
¡miel! miel, miel, miel, miel, miel
La abeja respondió:
Yo comparto, cómo no mas
no puedo darte yo toda mi
¡miel! mi mi mi mi mi mi mi mi miel
El oso agregó:
¡Mira qué grande soy!
La alcanzaré y tomaré toda tu
¡miel! mi mi mi mi mi mi mi mi miel
La abeja su hocico picó
y el oso enseguida bajó
Al pie del árbol llegó sin su
¡miel! mi mi mi mi mi mi mi mi miel
Y desde ese día,
las ardillas decían:
El oso untará sus tostadas
con mermelada
¡mermelada, mermelada, mermelada!