Tiraré los dados
Ella en la arena, los pies en la orilla
Olvida aquella pesadilla
Me quito mi armadura y le hago cosquillas
Caricias, se eriza cuando mi piel la roza
Ella gira y me mira, ojos de miel rasgados
Piel de bronce, cabellos de varios colores
Que se funden y se alzan entre luces
Voces de los dioses se deshacen
Parece que vuelen hacia las nubes
Con las aves desde arriba veo naves
Vienen a conquistarte desde límite
Ya saben encontrarte
No pienso dejarles
Nunca podrán amarte como este
Pa' una vida que existe
Tengo suerte al conocerte
Pueda o no tenerte
Me quedo en el presente
Me quedo con recuerdos
Me quedo con los besos más sinceros
Que jamás saborearán estos labios
Me quedo con tus ojos tan adentro
Que si me concentro
Parece que los toco con las manos
Ya se han tirado los dados
Así que, cruzaré los dedos
Canto porque siento que si pierdo a mi musa ya no puedo
Solo muevo estos versos
No puede expresarlo, es tan complejo
Que las palabras no me dicen nada
No me ayudan, no me dejan
Manos frías en las rejas
La noche me acompaña, mi fiel compañera
Las aceras, rozando la excelencia
Gritando en la tormenta
Tengo en mi mano tu colgante
En la otra la baranda de este puente
Esta noche estoy bebido
Y no he parado de recordarte
He pensado en volar, en viajar, en gritar y explotar
Pero solo era un sueño, un juego del cerebro
Una trama de esas manos
Que nos mueven y nos hunden
De ese palabro que llamáis amor
No sabéis qué es el dolor
Que se siente en el papel
Mentes simples, no entienden lo sublime
¿Cuál es el crimen? ¿Quién escribe?
¿Quién decide sobre el boli?
Quién se vuelve un fénix cada vez que quiere
Por un momento muere, renace
Se duerme en su perfume "Aqua di Giorgia"
Lo cierra en su caja y que no se esfume
Notar como se esparce por el aire
Dejando un frío invierno
Más que el mármol de la lápida
Escribe bajo el árbol y las lágrimas
Manchan estas páginas, metáforas
Cuando se alejan hasta el mar se cristalizan
Sin su halo de esperanza
Nada cicatriza, es el alma que la avisa
Si la mente reposa, repasa cada cosa
Él la abraza, sus manos se entrelazan
La voz se entrecorta y no importa si el pecho habla
Ya guardó la espada y salieron alas de su espalda
Nunca yacerás sola
He puesto unas velas y unas rosas
Quiero que las sigas
Yo estaré arriba con dos copas de champán
Dos ojos de cristal
Una corona de laureles y azafrán
En un sofá de seda
Un mundo sin sultán y concubinas