Balada para un Violin
Antes que yo acariciaron ya tu piel,
antes que el tiempo te enredara en mi ventana,
antes que el fuego lo fundiera en un alma.
Y en el silencio confieso a los cielos que sin tu lamento no encontraría mi voz.
Y quedarás en manos de otro amante, dándole el tiempo, tu suspiro y tu arte.
Y mi consuelo es que el día en que me muera, tejido a tus cuerdas, habrá trazos de mi piel.
Y quedarás en manos de otro amante, dándole el tiempo, tu suspiro y tu arte.
Y mi consuelo es que el día en que me muera, tejido a tus cuerdas, habrá trazos de mi piel.
Antes que tú, yo un pentagrama sin pintar,
la partitura de un soneto inacabado,
un hombre mudo en una fiesta enmascarado.
Y con mi copa al viento confieso que mi último tango yo lo bailaré con vos.
Y quedarás en manos de otro amante, dándole el tiempo, tu suspiro y tu arte.
Y mi consuelo es que el día en que me muera, tejido a tus cuerdas, habrá trazos de mi piel.
Y quedarás en manos de otro amante, dándole el tiempo, tu suspiro y tu arte.
Y mi consuelo es que el día en que me muera, tejido a tus cuerdas, habrá trazos de mi piel.