Hijo en Marte
Se lavaban en el mar toda su tristeza y todo el mal,
y se vestían de transparencia y de verdad antes de amarse
y jugaban a cruzar sus fronteras sin pudor y sin piedad
y encontraban un refugio en el rincón de cada parque.
Y encontraban belleza al mirarse
a los ojos como dos diamantes
y creyendo que venían de alguna parte
soñaron con tener un hijo en Marte.
Y aunque el tiempo fue y volvió, nunca se interpuso entre los dos,
no dictó su norma, no les dijo nunca cómo comportarse,
se miraron, se detuvieron, se estudiaron, se contuvieron,
se palparon y explotaron en un verso.
Y cayeron en cuenta al tocarse,
bajo el cielo de un sueño que arde,
que en verdad si provenían de aquella parte
y en efecto sí tenían un hijo en Marte.
Como un sueño que sabían para acercarse:
se lavaban en el mar toda su tristeza y todo el mal,
y se vestían de transparencia y de verdad antes de amarse...
Y en verdad que sí tenían un hijo en Marte.